UNA LECCIÓN DE COCINA

¡ATENCIÓN! HOY EN EXCLUSIVA: LO QUE NO TE CONTARON EN EL REY LEÓN

Coquillo y nuestro experto cocinero Willy Roe Ratas nos presentan, de la mano de Roald Dahl, una deliciosa receta para poner en práctica tus dotes culinarias (que, a no ser que seas muy torpe, no tienen nada que ver con el culo). Sobre todo, no lo intentéis en casa, o tu madre se pondrá furiosa si tiene que limpiar los restos. Si prefieres la cecina de tigre a la cecina de León... ¡ésta es tu receta!


Quiere el león la carne muy jugosa
muy fresca, roja, tierna, bien sabrosa...
si vas y le preguntas que prefiere,
te dirá sin rodeos lo que quiere.

Te dirá que no quiere solomillos,

ni tampoco cebados cabritillos,
que no le gusta el cerdo encebollado
ni le dice gran cosa un buey asado.

Le ofrecerás entonces tres chuletas

con salsa de pimienta y cebolletas,
y te dirá que no, que no las quiere:
que eso es muy fuerte y que él no lo digiere.

Entonces te pondrás algo nervioso

y le preguntarás con tono ansioso:
- Bueno, pues di, León, ¿qué puedo darte?

Abrirá una bocaza de espantarte,

se acercará a mirarte fijamente
y te dirá sin más, muy claramente:
- Pues mira, lo que quiero en mi menú
es algo tan sabroso como... ¡TÚ!


Roald Dahl, ¡Qué asco de bichos!



El Cleptómono Goldwin Meyers presents

¡Dame pa comée!

*

Come, hijo, come, ¡que es casero!

Y estás en edad de crecer, hombre ya.